Ajeno

Golpea el corazón contra el muro de piedra. Galopea furioso deseando escapar, dejar atrás al bosque furioso.
Entre las grandes hojas verdes penetra el sol, mas cuando las nubes grises lo dejaron confundirse.
En esta galería de ignotos no vago sola, aunque la soledad de los ojos ajenos es lo más claro en lo recóndito.
La contradicción es la más grande de las emboscadas, no nos dejan descubrir el sendero en este laberinto de encuentros. Cierro los ojos mirando hacia lo profundo y percibo la claridad. Abro los ojos... y es una lagrima recorrer la hojarasca. Mirada segura, mas vacuidad.