Un día abri el primer baúl. Pero apenas... me asomé a través de el. Lentamente me fui animando a mirar cada vez más. Simplemente aveces senti muchos deseos de cerrarlo y volver a esconderme en él. Pero aquello que habia comenzado a mirar sembro en mi una pequeña semilla que fue suficiente como para no volver a cerrarlo de nuevo. No ese baúl...
Luego abri un baúl que me hizo descubrir un universo nuevo, las emociones y los sentimetos brotaron de mi y al principio solo podia dedicarme a sentirlos. Senti como si un manantial escurridizo fuera recorriendo cada rincon de mi cuerpo. Con el tiempo me invadio por completa. Crecio... maduro... y como todo que madura un dia se apaga. Un día muere. Mas no todo, porque abrir alguna vez ese baúl me hizo abrir otro. Y lo abri de repente, y una luz inmensa broto de él inundando la sala oscura. Y pinto de diferentes colores los paisajes que recorro con mi mente. Lo mejor, es que aún quedan en él muchos matices más por descubrir. Aveces no estamos listos para verlos a todos de una sola vez. Todo a su tiempo. Con este baúl la sala oscura se lleno de otros baúles, algunos se abriran, mas otros no. No puedo tener esa respuesta aún.
Lo interesante, es que siempre que un baúl se cierra es porque estamos listos para abrir el siguiente.
Lo dificil, es aceptar que debemos cerrar algunos baúles. Y por más que se intenta y nos esforzamos, desean permanecer abiertos. Pero gracias a que hay otras lucecillas por alli brillando en esa sala oscura, un día estaremos fuertes para continuar el camino. Y llenar de nuevos colores los senderos internos.

4 de Setiembre de 2007